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Preguntas frecuentes sobre las ecoetiquetas

¿Cuántas etiquetas de color verde o marrón ves a lo largo de la semana? Si tienes un cacao mental y no sabes distinguirlas, en este post respondemos a las preguntas y dudas más comunes de las ecoetiquetas.

ecoetiquetas

En este post te explicamos algunas de las dudas y preguntas más frecuentes en relación a este gran mundo de las ecoetiquetas

Antes de nada nos gustaría decirte una cosa:

  • Si no tienes una empresa o marca: no te agobies con la cantidad de ecoetiquetas que puedes ver a diario. Hoy en día todos queremos ser sostenibles, pero hay que saber diferenciar el marketing verde del greenwashing. Nuestro consejo es que seas fiel a las marcas o productos que sabes que hacen las cosas bien. 

  • Si tienes una empresa y quieres certificarte o ya lo has hecho, al menos comprométete de verdad y no tengas solo el papelito. No hay mejor manera de ganarse la confianza de las personas que siendo coherente

  • A cualquier persona: fomentar el consumo de productos sostenibles es uno de nuestros objetivos, pero siempre decimos que todo debe basarse en un consumo responsable, no en esa filosofía de comprar, usar y tirar.  

Ahora sí, vamos al lío.

¿Qué son las ecoetiquetas? 

Las ecoetiquetas o etiquetas ecológicas pueden definirse como distintivos que aportan información sobre el desempeño ambiental de los productos o servicios que las llevan. 

O lo que es lo mismo, nos permite saber si ayudan a cuidar y a conservar el medio ambiente en todo su ciclo de vida o en una fase del mismo. 

El análisis del ciclo de vida (ACV) se realiza para obtener información sobre diferentes aspectos ambientales de un producto, desde que se extraen las materias primas hasta que finaliza su vida útil, con el objetivo de conocer el impacto real en el medio ambiente. 

Con la explicación gráfica seguro que lo entiendes mejor: 

Ciclo de vida general de un producto.

Ciclo de vida general de un producto.

¿Para qué sirven las ecoetiquetas?

Todos estamos al tanto de la grave crisis ambiental que estamos viviendo y aunque las industrias tienen gran influencia en el cambio climático, las personas también podemos actuar y decidir en función de lo que consumimos. 

Así, si vemos un producto con ecoetiqueta sabemos que su impacto ambiental, teniendo en cuenta el ciclo de vida, es menor que otros productos similares. 

Por lo tanto, las ecoetiquetas aportan algo de transparencia e información. 

Con respecto a las empresas, si sus productos están certificados tendrán ventaja frente a otros que no lo estén y puede ser crucial en la decisión del consumidor. Una desventaja para las PYMES es que tienen una cuota que pagar al organismo certificador (la cual no es precisamente barata). 

¿Quién regula las ecoetiquetas?

Las ecoetiquetas pueden estar reguladas por:

  • Organismos públicos como el Comité de la Etiqueta Ecológica de la Unión Europea (CEEUE).

  • Organismos privados tales como AENOR (en España). 

Esto dependerá del tipo de ecoetiqueta y de la naturaleza de la misma. No te preocupes, más abajo ampliamos información sobre los principales grupos.

Lo que sí, tanto organismos públicos como privados deben ser imparciales y neutrales. 

¿Quién otorga las ecoetiquetas?

Si, lo que estás pensando. 

Aquellos que las regulan son los que las pueden conceder, siempre que se cumplan los requisitos que pide cada una de las etiquetas ecológicas. 

¿Cuántas ecoetiquetas existen?

En los años 90, cuando comenzó el sistema de ecoetiquetas, se aplicó a detergentes, electrodomésticos, pinturas y bombillas. Hoy en día se extiende a alimentos, comercios y edificios, actividades de ocio y turismo, ropa, cosmética, etc. 

Por lo que existen muchas, muchísimas y podemos agruparlas en 3 tipos de ecoetiquetas:

  • Tipo 1: ecoetiquetas oficiales o sellos autorizados. 

Aquellas certificadas por un organismo público o sin ánimo de lucro y de prestigio reconocido, que valida el cumplimiento de los criterios ambientales en todo el ciclo de vida del producto. Suelen ser a nivel comunitario y deben cumplir los requisitos de la Norma ISO 14024. 

Ejemplos de ecoetiquetas tipo 1: Etiqueta Ecológica Europea (EEE) que se utiliza en aquellos productos o servicios cuyo origen es Europa (incluidos los países que no están en la CEE) y que es una de las ecoetiquetas más importantes. También se le conoce como ecoetiqueta flor europea.

etiqueta_ecologica_europea.jpg

Aquí tienes toda la información si quieres solicitarla.

También son muy conocidas la ecoetiqueta Blue Angel de Alemania, la ecoetiqueta Cisne Nórdico de Noruega o la ecoetiqueta FSC.

 

  • Tipo 2: autodeclaraciones ambientales.

En este caso, es la propia empresa la que certifica su desempeño ambiental sin ser validada por un tercero imparcial. Se rigen por las normativas ambientales y ecológicas de cada país y deben cumplir con los requisitos de la Norma ISO 14021.

Son designadas por entidades privadas y se les conoce también como “ecoetiquetas no oficiales”. Normalmente hacen referencia a una parte del ciclo de vida del producto o a alguna característica.

Ejemplos de ecoetiquetas tipo 2: todas aquellas con adjetivos tales como envase biodegradable, compostable, reciclable, bajo uso de recursos y los más conocidos, son los símbolos del reciclaje (círculo de Möbius). 

  • Tipo 3: ecoetiquetas y declaraciones ambientales de producto. 

En ellas, se analiza todo el ciclo de vida de un producto y se da información sobre los datos ambientales extraídos. Se rigen por la Norma ISO 14025 y deben ser verificadas por un organismo imparcial.

La principal diferencia con las ecoetiquetas de tipo 1 es que estas, no tienen que cumplir obligatoriamente ningún requisito.  

Ejemplos de información aportada por las ecoetiquetas de tipo 3: cantidad de energía utilizada durante la fabricación, cantidad de residuos generados. 

Las más fiables para los consumidores son las de tipo 1 y tipo 3, puesto que hay un organismo imparcial que las valida. La característica principal de las ecoetiquetas certificadas es que tienen carácter voluntario.

Hoy en día existen ecoetiquetas para alimentos, ecoetiquetas para hoteles, ecoetiquetas que certifican servicios y actividades, ecoetiquetas para arquitectura, certificaciones de eficiencia energética… 

En definitiva si tienes una empresa, sea cual sea tu actividad o tu producto y si te interesa certificarte con alguna ecoetiqueta, paciencia y busca bien cual es la que mejor se pueda adaptar a tus necesidades. 



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Estrategia de sostenibilidad: qué es y por qué tu negocio debería tener una

Si tu negocio no dispone de una estrategia de sostenibilidad te estás perdiendo muchas oportunidades. En este post vamos a ver qué es, por qué tener una y cómo comenzar a planificarla.

estrategia de sostenibilidad
Creatividad sin estrategia se llama “arte”. Creatividad con estrategia se llama “publicidad”.
— Jef I. Richards

Con la sostenibilidad pasa lo mismo. Si no hay estrategia puede que hagas cosas chulas, pero cuando formulas una, logras resultados.

Para hacer cosas bonitas, ya están los artistas, así que vamos a ver qué es eso de estrategia de sostenibilidad y por qué estás tardando en crear una para tu negocio.

¡Ah! Y también hablaremos de tortilla de patata. Porque mola.
 

Qué es una estrategia de sostenibilidad

Antes de nada, queremos dar una pincelada sobre lo qué es la sostenibilidad. Puede que para ti sea muy obvio, pero a nosotras no deja de sorprendernos la cantidad de gente que piensa que solo es medio ambiente.

Y no es mentira, el medio ambiente es sostenibilidad, pero solo una parte. Ser sostenible implica tener un equilibrio entre el ámbito económico, social y ambiental de la empresa.

 

3 pilares sostenibilidad

Si te falla alguno de estos pilares, tu negocio no es sostenible, es otra cosa:

ECONÓMICO + AMBIENTAL = VIABLE. Cuando tu negocio cumple con el crecimiento económico teniendo en cuenta la protección del medio ambiente. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

ECONÓMICO + SOCIAL = EQUITATIVO. Haces un reparto de los recursos y de la participación de forma equitativa, de manera que se reducen las desigualdades sociales.⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

SOCIAL + AMBIENTAL = SOPORTABLE. En este caso, tu proyecto contribuye al cuidado del medio ambiente y a un bienestar más saludable.

Ahora que está todo más claro, ¿qué es una estrategia de sostenibilidad?

Una estrategia de sostenibilidad implica planificar una serie de acciones meditadas que su fin sea aportar valor social, ambiental y económico.

Está claro que no se queda solo en planificar, sino que hay que llevarlas a cabo, ¿no?

 

Beneficios para tu negocio de incorporar una estrategia de sostenibilidad

Si estás pensando que todo eso está muy bien, pero qué es lo que sacas tu del esfuerzo de planificar e implementar cambios en tu business, vamos a ver que ventajas tienes de transformar tu negocio en sostenible (pero sostenible de verdad).

Imagen de marca mejorada y ventaja competitiva

No es casualidad que las grandes marcas no dejen de sacar productos “sostenibles”. No son tontos, saben que esto mejora su imagen y que cada vez más clientes se fijan en los valores de la marca antes de comprar.

Según un estudio realizado en todo el mundo por Uniliever, el 33% de los consumidores eligen marcas sostenibles, pero la cosa sube al 78% en EEUU y por encima del 80% en países emergentes.

Así que si buscas que los clientes te quieran, la sostenibilidad será tu aliada. Pero lo clientes tampoco son tontos y si algo no concuerda en tu mensaje, se darán cuenta. Una vez has perdido su confianza, no la volverás a recuperar. Así que planifica y define una estrategia coherente.

Aumenta la productividad y reduce los costes

Los detractores de la sostenibilidad (porque todo en este mundo tiene gente en contra) afirman que las prácticas empresariales sostenibles se tragan las ganancias. ¡Madre mía! La sandez de las sandeces.

La sostenibilidad nos ayuda a ser eficientes, optimizar el esfuerzo y conservar los recursos, lo que mejora la productividad de los empleados y reduce los costes.

La reducción de los costes también se relaciona con estrategias de conservación de energía y agua.

¡Que sí! Que las acciones que tienen un mayor impacto son más costosas de implementar, pero los resultados a largo plazo justifican la inversión.

Aumenta la capacidad para cumplir con la legislación

En los próximos años las cosas van a tener que ponerse mucho más serias en cuanto a legislación ambiental y social.

Integrar la sostenibilidad en tu negocio te ayudará a enfrentarte a las nuevas regulaciones de manera fácil, ya que irás un paso por delante y no tendrás que estar preocupándote de nada.

Atrae empleados e inversores

Ya hemos hablado de que la sostenibilidad atrae clientes, pero no solo a ellos. A las personas les gusta asociarse con otras personas positivas y no quieren estar vinculados a empresas implicadas en desastres ecológicos y escándalos de bienestar social.

Muestra que tu empresa es respetuosa con el medio ambiente y con tus empleados y atraerás la calidad de las personas que deseas emplear y los fondos que tu empresa necesita para expandirse.

Para que te hagas una idea, el séptimo informe de sostenibilidad de Boston Consulting Group (BCG) en colaboración con el MIT Sloan Management Review nos desvela que el 75% de los altos directivos de las empresas de inversión ven la sostenibilidad de una empresa como algo materialmente importante para decidir su inversión. Y lo que es más llamativo aún, casi la mitad no invertiría en una empresa que tenga un pobre historial de sostenibilidad.

Esta es también una buena forma de dejar de ver la sostenibilidad como un gasto, porque es donde está el dinero y lo estás comprobando.

 

Prioridad en las licitaciones

Si te presentas a concursos públicos, la sostenibilidad te dará puntos. En algunos de estos concursos muchas veces ni siquiera podrás participar si no dispones de una estrategia de sostenibilidad y documentos que la justifiquen como una Memoria de Sostenibilidad o un Plan estratégico de Responsabilidad Social Corporativa.

La cosa está clara, pierdes una oportunidad de negocio.

 

Es lo correcto

Sí, lo sabes muy bien, cuidar del medio ambiente y mejorar la sociedad es el camino correcto. Y con esta frase nos quedamos tan anchas porque no creemos que haya nada más que añadir ;)

si estrategia sostenibilidad

 

Tipos de estrategias de sostenibilidad

Cada negocio o proyecto tiene su propio estilo, su forma de hacer las cosas. Es como ponerte a hacer tortilla de patatas, cada uno tiene su manera de hacerla y como la nuestra madre no hay ninguna, ¿verdad?

En cuanto a sostenibilidad (y tortillas) podemos distinguir las siguientes estrategias:

Hiperactiva

Aquí la empresa ve la sostenibilidad como una necesidad y una oportunidad, así que se define una agenda y actúa en consecuencia.

Si lo trasladamos a la tortilla: sabes que es buena y te pones a completar las tareas e investigar como hacer una receta de lujo.

Proactiva

Estás en esta situación si tu empresa trata de adelantarse a la legislación y las innovaciones e intenta ir un paso por delante. La filosofía se basa en la creencia de que la sostenibilidad es nuestra responsabilidad.

En vez de bajarte al bar por un pincho de tortilla, te la haces en casa porque es tu responsabilidad y además te adelantas a que alguien más quiera en casa.

Reactiva

Esta estrategia se basa en obedecer la ley y solo reaccionar ante presiones externas de clientes, proveedores, etc, porque no se ve el valor de la sostenibilidad, sino que se ve como un gasto que hay que minimizar. ¡Inconscientes!

Es decir, haces tortilla porque en casa te están dando la turra con ello, pero ojalá pudieras evitarla.

Seguidora

En esta no se introducen innovaciones ni esfuerzos por mejorar, solo se sigue la tendencia y se procura adaptarse a la nueva situación.

Haces la tortilla de tu madre toda la vida porque la tienes que hacer, pero ni te planteas pasarte a los huevos camperos porque te da igual la dichosa tortilla.

Inactiva

Esta es la peor de todas, porque niega que exista un problema y no se actúa de ninguna manera.

“¿Tortilla? Eso es una tontería que se han inventado unos cuantos para sacarnos los cuartos.” y sigues comiendo huevos crudos...

 

Cómo elaborar una estrategia de sostenibilidad para tu proyecto

No creemos que quieras comer huevos crudos ni seguir la corriente (sino serías funcionario y no estarías montando empresas), así que es el momento de definir tu estrategia de sostenibilidad.

Quizás te surja la duda de si esto es para ti. Por supuesto, nos da igual que en tu empresas seas solamente tú, a que seáis 2.000, o que te dediques a prestar servicios, vender productos o investigar si la gente prefiere tortilla con o sin cebolla. La sostenibilidad es aplicable a todo proyecto.

Pero ¿por dónde empezar o como hacerlo?

Puedes escribirme contándome tu situación y qué buscas aquí. :)

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